"Hijos tallados por Cristo para honrar el legado de fe de los padres" - Serie: Tallados por Cristo para ser familia 06

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INTRODUCCIÓN

En la vida familiar a veces hay cambios drásticos entre padres e hijos.
Padres que son creyentes con hijos que viven bastante alejados del Señor. Padres no creyentes con hijos que de han entregado a Cristo.
Es posible que haya familias de padres creyentes con hijos creyentes.
¿Cómo debemos responder en cualquiera de estos casos?
¿Qué quiere Cristo de los hijos?
¿Y qué clase de hijos deberíamos ser en cualquiera de estos casos?
¿Qué sucede y cuál es la responsabilidad de los hijos con el legado de fe de los padres?
¿Cómo serían los hijos en las manos de aquel carpintero que podría formar hijos para la Gloria de Su Nombre?

EXÉGESIS

Después de Abraham, Isaac, Jacob, los 12 hijos de Jacob, y aún después del tiempo de Moisés, Josué, Samuel, hubo un periodo oscuro para el pueblo de Israel.
Se habían apartado de la Ley de Dios.
En sus corazones había idolatría y prácticas paganas.
El pueblo de Israel se volcó a la idolatría y había abandonado la Palabra de Dios o La Ley de Dios.
Dios hace juicio sobre Israel. Vino el rey de Asiria y se llevó cautivo al pueblo. Este fue el motivo:
2º Reyes 17:7–13 RVR60
7 Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de Egipto, y temieron a dioses ajenos, 8 y anduvieron en los estatutos de las naciones que Jehová había lanzado de delante de los hijos de Israel, y en los estatutos que hicieron los reyes de Israel. 9 Y los hijos de Israel hicieron secretamente cosas no rectas contra Jehová su Dios, edificándose lugares altos en todas sus ciudades, desde las torres de las atalayas hasta las ciudades fortificadas, 10 y levantaron estatuas e imágenes de Asera en todo collado alto, y debajo de todo árbol frondoso, 11 y quemaron allí incienso en todos los lugares altos, a la manera de la naciones que Jehová había traspuesto de delante de ellos, e hicieron cosas muy malas para provocar a ira a Jehová. 12 Y servían a los ídolos, de los cuales Jehová les había dicho: Vosotros no habéis de hacer esto. 13 Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.
Decadencia moral.
Idolatría, dioses ajenos.
Estatutos de las naciones y no la Ley de Jehová.
Recibieron advertencia: Volveos de malos caminos y guardad mis mandamientos, ordenanzas.
No escucharon.
Sobre todo:
“..conforme a todas las leyes que yo prescribí a vuestros padres, y que os he enviado por medio de mis siervos los profetas.
De esto se trata todo:
Dios encomienda a padres para que pasen la Ley a sus hijos.
Dios escogió a Abraham para que transfiera la fe y la promesa. Se pasó por generaciones. Llegó la Ley, igual debía transferirse familia por familia por generaciones.
Muchos hijos no entendían el propósito de Dios.
No entienden por qué Dios forma un pueblo Israel.
No entienden por qué es importante La Ley de Dios.
No hacen caso a los profetas.
Totalmente desalineados a lo que recibieron sus padres.
¿Sabes? A veces la principal oposición a Dios y a la fe de los padres, está en la misma casa. Y cada generación es responsable de cuidar la fe de los padres. Pero muchas veces los hijos son el principal obstáculos hacia los propósitos de Dios a la familia.
Uno de los hijos que no logra comprender la fe de sus padres es Manasés.
Así que en medio del caos que estaba viviendo Israel, aparece un hombre llamado Ezequías, padre de Manasés.
Ezequías es un varón temeroso de Jehová:
2º Reyes 18:1–3 RVR60
1 En el tercer año de Oseas hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz rey de Judá. 2 Cuando comenzó a reinar era de veinticinco años, y reinó en Jerusalén veintinueve años. El nombre de su madre fue Abi hija de Zacarías. 3 Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre.
Ezequías hace lo recto ante los ojos de Jehová.
Entiende los propósitos que tienen como pueblo.
Entiende el esfuerzo de su padre David.
Y aunque David no es su padre directo, ellos son descendientes de David, él lleva la línea mesiánica. Es hijo de David.
Ezequías sabe a quien sirvió David su padre.
Es un hijo que no ha olvidado las promesas dadas a sus padres.
2º Reyes 18:4–7 RVR60
4 El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustán. 5 En Jehová Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá. 6 Porque siguió a Jehová, y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. 7 Y Jehová estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. El se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió.
Contaminados por las costumbres de otros pueblos y los Asirios.
Quita la idolatría de Israel, monumentos, símbolos.
En Jehová Dios pone su esperanza, la esperanza que tenía David su padre.
“..ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá.”
Título de más grande honra.
Guarda los mandamientos de Jehová dio a sus padres.
Guarda la Ley de Moisés.
Jehová estaba con él a donde quiera que él iba.
¡Que personaje más maravilloso de las Escrituras!
Dios le extendió la vida 15 años porque lo sanó de una enfermedad y Dios le dio paz a él y al pueblo mientras él reinaba.
Pero, ahora todo estaría en manos de su hijo:
2º Reyes 20:21 RVR60
21 Y durmió Ezequías con sus padres, y reinó en su lugar Manasés su hijo.
Que padre y hombre de fe que tuvo Manasés.
No hubo mejor rey que Ezequías.
Que ejemplo sobre la fe en el Señor que dejó a sus hijos.
¡Ha dejado un verdadero legado!
Pero la cuestión ahora es:
Que su hijo tendrá la oportunidad de seguir con la fe de sus padres.
2º Reyes 21:1 RVR60
1 De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años; el nombre de su madre fue Hepsiba.
Es bastante joven ¡12 años y es rey!
55 años permanecen en el reino de su padre y de su padre David.
Viene de un padre que guardó la Ley de Moisés, la Ley de Dios.
2º Reyes 21:2 RVR60
2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.
E hizo lo malo ante los ojos de Jehová,..”
Manasés es un rey que él y su pueblo hacen lo malo.
No fue desapercibido por Jehová. El pecado nunca lo es.
Él tenía un legado de fe, pero no parece interesarle la fe de sus padres.
“..según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.”
Hace todo lo contrario a su padre.
No teme a Dios, no tiene la fe de su padre.
abominaciones - prácticas idólatras, aún pasar a los hijos por fuego.
Se ha contagiado de las prácticas paganas pero no de la fe de su padre.
No entiende que hay un pueblo que viene desde su padre Abraham, hacia su padre David, y hacia su padre Ezequías, de un linaje especial que lleva al Salvador Jesucristo.
No entiende de la fe.
2º Reyes 21:3 RVR60
3 Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas.
“Porque volvió a edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado,..”
Su padre no era idólatrata y no permitía idolatría. El vuelve a edificar.
La transmisión de la fe se ha cortado en Manasés.
Manasés se olvidó del legado de fe de su padre.
“..y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas.”
Altares a Baal, adoración a las estrellas, cultos paganos.
2º Reyes 21:4–6 RVR60
4 Asimismo edificó altares en la casa de Jehová, de la cual Jehová había dicho: Yo pondré mi nombre en Jerusalén.5 Y edificó altares para todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová. 6 Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, multiplicando así el hacer lo malo ante los ojos de Jehová, para provocarlo a ira.
Aún sacrificó a su hijo para los dioses paganos.
Es increíble que por la fe de su padre él vive, pero por su propia fe su hijo muere.
Es un hombre que confía en los astros, encantadores, adivinos.
Solo multiplica su maldad y la ira de Jehová.
No estamos hablando de cualquier persona, sino de un rey de Israel, alguien que está en la línea mesiánica, alguien que debía cuidar de generación en generación, hasta el cumplimiento de Gn 3.15, y la llegada del Salvador.
Si fuese por voluntad de hombres, no habría un salvador. Gracias a Dios que Él ha preservado su promesa y su simiente.
Hay hijos que no comprenden los propósitos de la fe. Mezclan las cosas del mundo para ponerlas por estatuto en los propósitos de Dios, y los ojos de Jehová han presenciado las cosas ocultas del corazón. Así es Manasés.
Pero lo peor iba a suceder:
2º Reyes 21:7–8 RVR60
7 Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de la cual Jehová había dicho a David y a Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre para siempre en esta casa, y en Jerusalén, a la cual escogí de todas las tribus de Israel; 8 y no volveré a hacer que el pie de Israel sea movido de la tierra que di a sus padres, con tal que guarden y hagan conforme a todas las cosas que yo les he mandado, y conforme a toda la ley que mi siervo Moisés les mandó.
La casa de adoración, el templo que construyeron sus padres, lo PROFANÓ.
Ensució, ultrajó, fue lo más irreverente que pudo ser con el templo de Jehová.
El templo donde moraba Dios, “LA SANTIDAD DE JEHOVÁ”.
Todas las promesas a sus padres (David y Salomón) eran pisadas por Manasés.
No tenía los estatutos de Jehová en su corazón.
Y mientras su padre Ezequías trajo bendición, el trajo juicio a su casa:
2º Reyes 21:12 RVR60
12 por tanto, así ha dicho Jehová el Dios de Israel: He aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos.
Y trajo juicio de Dios sobre toda la casa.
Manasés fue un hijo que no comprendía las cosas de la fe. No diferencia lo que son los propósitos de Dios y los contamina con los propósitos del mundo. Trae juicio, mal, derramamiento de sangre.
Manasés deshonra a sus padres al transgredir la Ley de Dios que guardaron sus padres.
Manasés es conocido como aquel hijo, que después de un padre de fe, toda su generación puede perderse.
Finalmente murió Manasés y ocupó el trono Amón su hijo:
2º Reyes 21:19–21 RVR60
19 De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar, y reinó dos años en Jerusalén. El nombre de su madre fue Mesulemet hija de Haruz, de Jotba. 20 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre. 21 Y anduvo en todos los caminos en que su padre anduvo, y sirvió a los ídolos a los cuales había servido su padre, y los adoró;
Amón es otro hijo, que ha olvidado sus propósitos. Ha olvidado a su padre David.
Amón hereda la maldad de su padre Manasés.
Hace lo malo ante los ojos de Jehová.
Adora a ídolos en la casa que guarda la promesa hacia el mesías o Salvador Jesucristo.
Si por este hijo también fuese, toda la línea mesiánica estuviese en PELIGRO. Gracias a Dios que la salvación nunca estuvo en manos de hombres, sino en la del Señor.
Finalmente Amón murió, fue asesinado por sus propios siervos.
¿Y sabes quién reinó en lugar de Amón? Un pequeño, pero un pequeño que no olvidaría a sus padres ni la fe de sus padres. No de Amón y Manasés, su padre y abuelo, sino la fe de su padre David.
2º Reyes 22:1 RVR60
1 Cuando Josías comenzó a reinar era de ocho años, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre fue Jedida hija de Adaía, de Boscat.
Josías reina a los ocho años.
Es el rey más joven en la historia de Israel.
Pero ¿será igual a su padre y abuelo? o ¿acaso será fiel a su linaje bendecido, a su padre David?:
2º Reyes 22:2 RVR60
2 E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.
“E hizo lo recto ante los ojos de Jehová,..”
!Que gran diferencia¡ Desea agradar a Jehová.
Teme a Dios y su justicia.
Hace obras rectas delante de los mismos ojos que vieron la maldad de sus padres.
“..y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.”
Después de dos generaciones perversas, un hijo que vuelve al legado verdadero de la familia.
Vuelve al legado de fe de David, y a las promesas de Abraham.
Permanece en el camino de David su padre. No se desvía ni derecha ni a izquierda.
Qué fácil era desviarse, más aún por su entorno perverso.
Es muy joven, un niño, pero su corazón tierno anhela a Jehová, anhela la fe de David su padre.
2º Reyes 22:3–7 RVR60
3 A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán hijo de Azalía, hijo de Mesulam, escriba, a la casa de Jehová, diciendo: 4 Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta, 5 y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa; 6 a los carpinteros, maestros y albañiles, para comprar madera y piedra de cantería para reparar la casa; 7 y que no se les tome cuenta del dinero cuyo manejo se les confiare, porque ellos proceden con honradez.
10 años después de iniciado su reino, envía a arreglar la casa de Jehová.
Se esmera por refaccionar la casa deteriorada por la idolatría e ídolos que había puesto Mansés en la misma casa de Jehová.
Manasés profanó la casa de Jehová, Josías la restaura.
Es increíble como inician casi con la misma edad en el reino, pero uno se pervierte y profana la casa de Jehová y el otro la honra.
Tienen la misma sangre, pero no la misma fe.
Tuvieron la misma oportunidad, pero como hijos hicieron dos cosas distintas en el legado recibido de David su padre.
Los hijos pueden decidir qué hacer con la fe recibida.
2º Reyes 22:8–10 RVR60
8 Entonces dijo el sumo sacerdote Hilcías al escriba Safán: He hallado el libro de la ley en la casa de Jehová. E Hilcías dio el libro a Safán, y lo leyó. 9 Viniendo luego el escriba Safán al rey, dio cuenta al rey y dijo: Tus siervos han recogido el dinero que se halló en el templo, y lo han entregado en poder de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová. 10 Asimismo el escriba Safán declaró al rey, diciendo: El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey.
Hilcías halla el libro de la ley.
Probablemente corresponde a Deuteronomio. Algunos creen que sería todo el Pentateuco.
No se nos dice que estuvo perdido u oculto.
Se cree que probablemente Manasés mandó a destruirlo y entonces fue ocultado.
Pero la Ley, la Palabra de Dios estaba perdida y no se la conocía en ese tiempo.
“..El sacerdote Hilcías me ha dado un libro. Y lo leyó Safán delante del rey”.
Josías a sus 18 años encuentra el tesoro más precioso vinculado al legado de su padre David.
Safán el escriba, lee el libro delante de Josías el joven rey.
2º Reyes 22:11 RVR60
11 Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos.
Josías queda totalmente incomodado, dolido y desesperado por lo que acaba de escuchar.
No lo había hecho antes. Eran las palabras de la Ley de Jehová.
Eran advertencias de la Palabra del Señor.
Se cree que tendría que ser al menos Deuternomio 28:
Deuteronomio 28:36–37 RVR60
36 Jehová te llevará a ti, y al rey que hubieres puesto sobre ti, a nación que no conociste ni tú ni tus padres; y allá servirás a dioses ajenos, al palo y a la piedra. 37 Y serás motivo de horror, y servirás de refrán y de burla a todos los pueblos a los cuales te llevará Jehová.
Que situación terrible. Josías rasga sus vestidos.
2º Reyes 22:12–13 RVR60
12 Luego el rey dio orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam hijo de Safán, a Acbor hijo de Micaías, al escriba Safán y a Asaías siervo del rey, diciendo: 13 Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito.
Josías quiere consultar con Jehová sobre lo que sucederá.
El pueblo no había sido fiel a Jehová, y sus padres, Manasés y Amón, no habían reinado con temor del Señor.
¡“No escucharon las palabras de este libro”!
¿Cuántos hijos no han escuchado realmente las palabras de este maravillos libro donde hay vida?
Y fueron donde Hulda la profetiza a buscar una respuesta de parte de Jehová:
2º Reyes 22:15–17 RVR60
15 Y ella les dijo: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Decid al varón que os envió a mí: 16 Así dijo Jehová: He aquí yo traigo sobre este lugar, y sobre los que en él moran, todo el mal de que habla este libro que ha leído el rey de Judá; 17 por cuanto me dejaron a mí, y quemaron incienso a dioses ajenos, provocándome a ira con toda la obra de sus manos; mi ira se ha encendido contra este lugar, y no se apagará.
Dios iba a juzgar al pueblo por toda la idolatría y el mal que habían hecho.
No había vuelta atrás.
Pero fíjense la respuesta para Josías:
2º Reyes 22:18–19 RVR60
18 Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, 19 y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová.
No hay respuesta más hermosa para alguien que la de Jehová.
Josías no se había olvidado el legado de fe de David.
Josías no había olvidado que su pueblo tenía propósitos y su vida misma.
Josías está en la lista de la genealogía de Cristo en Mateo.
Escuchó las palabras de Las Escrituras.
Su corazón se enterneció. Su corazón responde y es sensible a La Santa Palabra.
Conocer la Palabra de verdad, siempre genera algo, y generó humillación delante de Jehova.
Escuchó Josías las advertencias y sufrió enternecido por la desgracia que vendría por causa del pecado.
El joven rey Josías lloró delante de Jehová.
Y los que lloran delante de Jehová, humillados a Él, siempre son oídos.
Escucha las palabras finales para el Rey cuyo legado de su padre David Sí significaba algo.
2º Reyes 22:20 RVR60
20 Por tanto, he aquí yo te recogeré con tus padres, y serás llevado a tu sepulcro en paz, y no verán tus ojos todo el mal que yo traigo sobre este lugar. Y ellos dieron al rey la respuesta.
Jehová guardó a Josías del mal que vendría a causa del pecado.
El había tenido un padre y abuelo perversos, pero Josías tenía un corazón enternecido a la Palabra del Señor.
Josías sería reunido con los padres de la promesa. Con su padre David.
El legado de fé, de un padre a un hijo, sí significaba algo para él.
Por último sobre Josías:
2º Reyes 23:1–2 RVR60
1 Entonces el rey mandó reunir con él a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. 2 Y subió el rey a la casa de Jehová con todos los varones de Judá, y con todos los moradores de Jerusalén, con los sacerdotes y profetas y con todo el pueblo, desde el más chico hasta el más grande; y leyó, oyéndolo ellos, todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
Y ahora, el legado de sus padres (David, Ezequías..) era transmitido al pueblo por parte del rey.
Esto es lo que hace un hijo que entiende Quién es Dios y los propósitos que tiene Dios.
2º Reyes 23:3 RVR60
3 Y poniéndose el rey en pie junto a la columna, hizo pacto delante de Jehová, de que irían en pos de Jehová, y guardarían sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro. Y todo el pueblo confirmó el pacto.
Y el legado ya no era solo algo recibido, sino puesto en marcha.
Guardarían los mandamientos del Señor, sus testimonios y estatutos (Su Palabra)
“..con todo el corazón y con toda el alma, y que cumplirían las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro.”
No tenemos más tiempo para estudiar lo que hizo Josías. Si puedes hacerlo sería hermoso. Josías limpia de todo tipo de símbolos de idolatría la casa de Jehová. Destrozó todas las prácticas de idolatría del pueblo y a los sacerdotes de Baal. Destrozó o derribó los lugares de adoración a los ídolos. Destrozó los altares que hizo su abuelo Manasés. Y restauró la celebración de la pascua.

MEDITEMOS EN LA PALABRA

Hemos visto a algunos hijos y padres, pero ahora debemos permitir que las Escrituras nos examinen a nosotros mismos:
Algunos principios de la Biblia para los hijos:

Los hijos tallados por Cristo honran el legado de fe de sus padres, anhelando la Ley de Dios y guardándola en su corazón, viviendo en rectitud a los ojos del Señor y preparándose para transmitir el legado a una siguiente generación.

Esta aplicación inicialmente va para quienes tenemos padres creyentes.
Josías el rey, siendo tan joven, anduvo en los caminos de su padre David. No perdió nunca su identidad de creyente ni de hijo, a pesar de que tuvo un padre y un abuelo idólatras y perversos.
Muchos de nosotros hemos también recibido la fe de nuestros padres.
Pero ¿hemos descuidado el tesoro más grande que como hijos hemos recibido?
Acaso como Manasés, ¿nos hemos apartado hacia caminos lejos de la Palabra del Señor?
Si en tu vida la Palabra del Señor no es la autoridad máxima, entonces lo has hecho.
Y tal vez todos lo hemos hecho de alguna manera.
Hoy es día de buenas noticias hermosas para quienes quieran dejar sus propios pensamientos y su propia ley, para tomar la del Señor, y para andar en rectitud ante los ojos del Señor.
Hijos e hijas dispuestos a reconocer su error y empezar a guardar como hijos la Palabra del Señor en nuestros corazones.
Proverbios 23:19 RVR60
19 Oye, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu corazón al camino.
Manasés tuvo al mejor padre que podía haber, a Ezequías, nombrado como el mejor rey de Judá.
Un padre temeroso de Dios no garantiza hijos temerosos de Dios, pero hijos que estén dispuestos a enderezar su camino, conocerán a Dios y Él oirá.
Si hemos recibido el legado de fe de nuestros padres, hagamos que esa sea la máxima prioridad en nuestra vida también y un legado que como hijos hoy un día dejaremos como padres mañana.
También hay una aplicación para aquellos hijos que no tienen padres creyentes. También podemos ser tallados por Cristo:

Los hijos tallados por Cristo pueden comprender los propósitos de Dios para sus vidas y están dispuestos a corregir los errores de los padres con humildad y humillación ante el Señor, sabiendo que a partir de ellos puede venir una generación de fe que vivan entregados a las manos del Salvador Jesucristo.

El joven Josías de 8 años tuvo como padre y abuelo a los reyes más idólatras y apartados del Señor, pero comprendió que Dios tenía propósitos especiales para él a pesar del pecado de sus padres.
Tal vez ese es nuestro caso, que nuestros padres no son creyentes.
Cristo sigue amándonos y está dispuesto a iniciar con nosotros una generación de fe, si tan solo también estamos dispuestos a corregir los grandes desaciertos de nuestros padres.
Josías escucha la Ley de Dios y se enternece en su corazón, se humilla ante el Señor y puede empezar a vivir para los propósitos del Creador.
Cualquiera haya sido el error y pecado de tus padres, no tienes por qué repetirlo. Puedes ser un hijo que aún por la gracia de Cristo puede alcanzar a sus padres al evangelio.
Solo tienes que estar seguro que vivir entregado a las manos de Cristo es lo único que va a cambiar tu eternidad y la de los que vendrán detrás de ti.
2º Reyes 23:25 RVR60
25 No hubo otro rey antes de él, que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual.
Tal vez no vengas de una casa con un padre temeroso, pero fíjate cómo Dios convirtió a Josías en el rey que más se entregó al Señor.

Los oídos del Señor están atentos al sufrimiento de los hijos justos y al llanto de los que se humillan en su corazón delante de Él.

Josías fue oído cuando él lloró.
¿También nosotros deseamos la Palabra de Dios tanto como Él?
¿También nos conmueve el pecado y estar tan lejos del Señor?
Lloró porque sus padres y el pueblo no anduvieron en el camino de Jehová y trajeron juicio.
El escucha a los justos.
¿Te ha escuchado llorar el Señor?
¿También te conmueve el mal?
2º Reyes 22:18–19 RVR60
18 Mas al rey de Judá que os ha enviado para que preguntaseis a Jehová, diréis así: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro, 19 y tu corazón se enterneció, y te humillaste delante de Jehová, cuando oíste lo que yo he pronunciado contra este lugar y contra sus moradores, que vendrán a ser asolados y malditos, y rasgaste tus vestidos, y lloraste en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová.
El está dispuesto a tomarnos si tuvíesemos un corazón a los hijos enternecido por Su Palabra.

CONCLUSIÓN

Cualquiera sea la situación que tenemos como hijos. El legado de fe es para honrar, porque son los propósitos que Dios tuvo para con nuestros padres, tiene para con nosotros y es el propósito que Dios quiere que transmitamos a nuestros hijos.
Un legado de fe que esté totalmente fundado en la Palabra de Dios, sustentado por Su gracia.
Ese es el legado que los hijos debemos cuidar, eso es lo que hará que nuestras familias sean familias que vivan para dar verdera Gloria a Dios.
Vamos a orar.
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